jueves, 22 de octubre de 2015

RUGBY WORLD CUP

                          SEMIFINALES: Cuatro cuartos para el Sur

   Los cuartos de final, como presumíamos, dejaron sus huellas. Polémicas y opinables.
   La primera fue la clasificación para semis de cuatro equipos del hemisferio sur que obliga a los del norte, puntualmente a los tradicionales de las "cinco naciones" a sentarse a reflexionar: ¿Fue el azar -siempre presente en un juego- o marca algo más profundo? El núcleo del asunto parece pasar más por la segunda opción. Los equipos del sur juegan un rugby más vital, más aventurero, menos "tipo test-match", más cerca de aquel "rugby total" del francés René Deleplace y que llevo a los franceses a su "rugby champagne" que hoy han olvidado.
   El otro punto, más polémico y explosivo, fue la eliminación de Escocia por Australia gracias a un penal en el minuto ochenta. Allí se concretó aquella primera sorpresa, un dato histórico: por primera vez llegaban a semifinales cuatro equipos del hemisferio sur -evidente mérito de Argentina, que era el menos esperado de los cuatro- para colmo, jugado en casa del más grande -con perdón de los franceses-, del inventor del juego en la vieja Albion.
   Esta segunda historia, fue historia porque ocurrió en ese momento (minuto 80'), con ese score (Australia 32, Escocia 34) y en ese lugar del campo (en territorio escocés, cerca de su línea de 22 metros). La falta que originó ese penal que el apertura Foley transformó en victoria (35-34) no dio a los escoceses ni siquiera la oportunidad de hacer la salida de mitad de cancha y poner toda su furia en esa última pelota. Al pitazo que convalidaba el penal siguió el que daba por terminado el partido. Australia en semis y Escocia a la puta calle, como dicen los españoles.
   Allí comienza la leyenda urbana. Dicen algunos escoceses y la prensa británica en general que el árbitro sudafricano Jouvert salió corriendo hacia el vestuario "como un conejo" en lugar de quedarse a saludar y ser saludado por los jugadores, como más o menos se estila en el rugby (a menudo los ganadores saludan al del silbato y los perdedores lo ignoran. Aunque hay excepciones entre estos). Otras publicaciones, menos diplomáticas, aseguran que fue un robo.
   La situación que originó el penal es una de las tantas leyes que dejan la decisión al criterio del árbitro. Aquí va una breve explicación: Un knock on se concreta cuando la pelota, escapada de las manos o brazos de un jugador hacia adelante toca a otro jugador o el suelo. Pero los compañeros que están delante del fallido no pueden jugar la pelota. Si su intervención impide a un adversario hacerse de ella, su situación de offside pasiva se convierte en activa y se sanciona con penal; si esa misma intervención no afecta a los adversarios porque estaban lejos, fuera del alcance de la pelota se detiene el juego y se otorga sólo un scrum.
   Si intentamos ver en video lo que ocurrió -está en la web en todos lados- tampoco lo tendremos claro.
El partido se terminaba. El resultado ponía en tensión a todo el estadio. El juez de touch marcó line-out en las proximidades de la línea de 22 metros de los escoceses. Ponían en juego ellos la pelota. El lanzador jugó la pelota a la cola del alineamiento (grueso error de quien dio esa orden, en ese lugar y en ese momento), el lanzamiento no fue preciso, la pelota, palmeada allá arriba, cayó sin control hacia el lado escocés y hubo allí desorden e imprecisiones por parte de los defensores apremiados por la presión de los delanteros aussies. La pelota -que danzaba sin dueños por el aire- cae "en manos" de un escocés que pierde su control, se le escapa hacia adelante, hacia donde se acercaba un malón de forwards de los dos equipos. Uno de los compañeros que venía en su auxilio y hacia quién voló la pelota, la tomó. Entonces sonó el silbato de Jouvert que marcó penal a a favor de Australia y explicó: "Knock-on y toma la pelota un hombre en offside".
Inobjetable. Patea Foley y se acabó todo.
    Allí empezó otra película. Algunos sostienen -según los videos- que la pelota no golpea en las manos o brazos del hombre que quiere atraparla, sino en su hombro; otros que, tras rebotar en el escocés roza a un forward australiano que se le estaba echando encima. Creo que la falta existió, aunque haya sido leve, apenas un roce, y el otro roce (si lo hubo) en el jugador australiano, no cambia nada. Este último no intenta tomar la pelota, por lo tanto, ese roce no habilita al infractor. Lo que algunos argumentan acerca de la habilitación de jugadores fuera de juego por defecto o fallo técnico de un oponente que busca atrapar la pelota no aplica en este caso. Es para casos de kicks adelante, recepción defectuosa de un defensor y solo para jugadores fuera de los 10 metros del punto de caída o recepción de la pelota.
   Si bien fue un fallo arbitrario por definición (porque está sometido a la decisión de un árbitro) y opinable porque puede aceptar las dos posiciones, en el peor de los casos podemos considerarlo como un error de apreciación, visual y no técnico. El error más serio de Jouvert fue abandonar la cancha "corriendo como un conejo". Eso no lo he visto, pero, de ser cierto, reflejaría cierto sentimiento de duda o culpa, como si su conciencia le aconsejara marcharse rápidamente del escenario. Es un error aunque estuviese convencido de que se equivocó. Debería haberse hecho cargo de su error. Si fue así, le faltó coraje.
   Para echar la última palada de tierra, la World Rugby, la entidad madre del juego en el mundo, dio un comunicado en el que reconocía que Jouvert se había equivocado.      

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