martes, 20 de septiembre de 2016

Copa Davis ORSANIC Y LA QUINTA PATA DEL GATO

Copa Davis ORSANIC Y LA QUINTA PATA DEL GATO 
por Edmundo (Edy) Aguiar

Como buenos argentos, obstinados en buscar siempre la quinta pata al gato, la victoria en semifinales ante Gran Bretaña –casi parecía Escocia‐ generó más polémicas a media voz que alegrías; quizás un saldo de las viejas guerras internas en el equipo y una velada crítica a Daniel Orsanic, el capitán. 

Lo cierto es que Orsanic utilizó su carta como capitán y cantó un “envido”. La aparición de Del Potro el sábado en compañía de Leo Mayer –invicto en 11 partidos de Copa Davis en singles y dobles‐ no era una elección descabellada. Delpo, de cualquier manera no iba a estar totalmente recuperado el domingo y, quizás, la única dupla que podía poner en riesgos a la fortísima pareja de los Murray Brothers era esa. Y así fue. 

El cansancio de Delpo el domingo podía ser tan riesgoso como pelear el tercer punto el sábado, que con cualquier otra formación creo que estaba perdido antes de jugar el primer tanto. 
Andy Murray tenía su punto del domingo prácticamente en el bolsillo y el quinto punto lo iban a jugar un Evans peligroso y poco conocido con ¿quién? Porque no había certeza de que Delpo fuera a estar entero. 
Es más, creo que Orsanic sabía que si no ganaba ese envido su carta principal, Delpo, quedaba out. Y así fue. Pero su segunda carta no era el cuatro de copas; era un siete bravo. 

No sé si el equipo argentino y su capitán sabían que el rival de Leo Mayer no iba a ser Edmund, el derrotado por Guido Pella, sino un poco conocido Evans. Pero el desafío no era muy distinto. 
El capitán británico, entraba en dificultades tras la derrota de Murray frente a Delpo y sabía que si tenía alguna hipotética ventaja antes de ese partido, la misma había desaparecido. Confiaba en los dos singles de Andy Murray y en la calidad de doblista de Jamie. 
Tras aquella caída habían quedado en igualdad de condiciones. A propósito, la elección de Glasgow como sede del match, ¿habrá sido para lograr más apoyo? Que, por otra parte, fue muy bueno. Finalmente, Mayer dejó claro que la jugada había sido acertada. 
Andy Murray, que sufrió el partido desde la grada no pudo jugar su último punto, su carta de triunfo. 
Mayer, por otro lado, merecía un momento así, pues es un gran jugador a quien las lesiones mantuvieron fuera de los courts mucho tiempo. 
 Ahora queda la final contra Croacia. 
Es de esperar que los egos de cada quien –una de las razones por las cuales el equipo argentino todavía no ganó una Copa Davis— no aparezcan otra vez. Argentina llegó a cinco finales y las perdió todas. 

Tengo para mí que esos fallidos se debieron, casi siempre, a los egos de grandes jugadores que no les cabían dentro del cuerpo. 
 Me parece que ese no es el problema de Del Potro y Mayer, ni del capitán Orsanic y el resto del equipo. 

Espero confiado la llegada de la primera Davis a casa. 

 Edmundo Aguiar

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