Copa Davis                                                                  ORSANIC  Y  LA  QUINTA  PATA  DEL  GATO 
por Edmundo (Edy) Aguiar
Como buenos argentos, obstinados en buscar siempre la quinta pata al gato, la victoria en  semifinales ante Gran Bretaña –casi parecía Escocia‐  generó más polémicas a media voz que  alegrías; quizás un saldo de las viejas guerras internas en el equipo y una velada crítica a Daniel  Orsanic, el capitán. 
Lo cierto es que Orsanic utilizó su carta como capitán y cantó un “envido”. La aparición de  Del Potro el sábado en compañía de Leo Mayer –invicto en 11 partidos de Copa Davis en  singles y dobles‐  no era una elección descabellada. Delpo, de cualquier manera no iba a estar  totalmente recuperado el domingo y, quizás, la única dupla que podía poner en riesgos a la  fortísima pareja de los Murray Brothers era esa. Y así fue. 
El cansancio de Delpo el domingo podía ser tan riesgoso como pelear el tercer punto el  sábado, que con cualquier otra formación creo que estaba perdido antes de jugar el primer  tanto. 
Andy Murray tenía su punto del domingo prácticamente en el bolsillo y el quinto punto  lo iban a jugar un Evans peligroso y poco conocido con  ¿quién? Porque no había certeza de  que Delpo fuera a estar entero. 
Es más, creo que Orsanic sabía que si no ganaba ese envido su  carta principal, Delpo, quedaba out. Y así fue. Pero su segunda carta no era el cuatro de copas;  era un siete bravo. 
No sé si el equipo argentino y su capitán sabían que el rival de Leo Mayer  no iba a ser Edmund, el  derrotado por Guido Pella, sino un poco conocido Evans. Pero el  desafío no era muy distinto. 
El capitán británico, entraba en dificultades tras la derrota de  Murray frente a Delpo y sabía que si tenía alguna hipotética ventaja antes de ese partido, la  misma había desaparecido. Confiaba en los dos singles de Andy Murray y en la calidad de  doblista de Jamie. 
Tras aquella caída habían quedado en igualdad de condiciones.  A propósito,  la elección de Glasgow como sede del match, ¿habrá sido para lograr  más apoyo? Que, por  otra parte, fue muy bueno.     Finalmente, Mayer dejó claro que la jugada había sido acertada. 
Andy Murray, que sufrió el  partido desde la grada no pudo jugar su último punto, su carta de triunfo. 
Mayer, por otro  lado, merecía un momento así, pues es un gran jugador a quien las lesiones mantuvieron fuera  de los courts mucho tiempo. 
 Ahora queda la final contra Croacia. 
Es de esperar que los egos de cada quien –una de las  razones por las cuales el equipo argentino todavía no ganó una Copa Davis— no aparezcan  otra vez. Argentina llegó a cinco finales y las perdió  todas. 
Tengo para mí que esos fallidos se  debieron, casi siempre, a los egos de grandes jugadores que no les cabían dentro del cuerpo. 
 Me parece que ese no es el problema de Del Potro y Mayer, ni del capitán Orsanic y el resto  del equipo. 
Espero confiado la llegada de la primera Davis a casa. 
 Edmundo Aguiar



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